10 de abril de 2005

Entre los muchos lugares comunes...

Entre los muchos lugares comunes que manejamos sin detenernos a analizarlos, uno de los más evidentes es aquel que dice que los pueblos que no recuerdan su historia están condenados a repetirla. Francamente, si algo nos enseña el hecho de leer historia es que los pueblos se han pasado la vida repitiendo sus comportamientos. Por que no aprendemos anda, humanamente hablando: solo avanzamos en la técnica, habrá que darle un vistazo a Herodoto y se vera que las guerras que nos precedieron se libraron por los mismos motivos que las actuales (codicia, ansia de poder, venganza, irracional deseo de ejercer violencia, luchas entre vecinos, afán de quedarse con lo del otro) y también se utilizaron como excusa motivos altruistas (rescatar a helena de los brazos de Paris, por poner un ejemplo). Así mismo hubo asesores, solo que entonces los llamaban sibila, pitonisa, oráculo, En fin.

Todo esto viene a cuento porque llego a mis manos una revista española llamada clio, y se me ocurre que la verdadera razón por la que debemos instruirnos en esta rama del conocimiento es que las historias de la historia resultan de lo mas entretenidas, es la Historia los mismo que sus hermanas al cine y la literatura: una amena fuente de información, rigurosa en el fondo y ágil en la forma; lo que suele decirse: una revista con vocación de instruir deleitando.

Por ejemplo, resulta, un verdadero alivio, después de tantas explicaciones enjundiosas y a menudo farragosas sobre Afganistán, leer un clarificador (más no reduccionista) estudio acerca de sus orígenes, sus luchas antagónicas, sus invasiones, su importancia estratégica y los nombres y hombres que serpentean por el laberinto resultante. Pero si el tema ya empalaga y no se siente uno capaz de afrontarlo ni siquiera bao esta amena forma, puede uno saltar a las paginas sobre los orígenes del nacionalismo negro en los EU: ahí esta Malcom X, pero ya no dejara tampoco de saber quien fue el Cotton Club así como también saber sobre el Ku Klux Klan y Josephine Baker.

Goya como cronista magistral de la historia: el verdadero papel político de Juana la loca; un excelente resumen del desarrollo de Nueva Cork, que no olvida la construcción del puente de Brooklin, ni la fundación del Actor´s Studio, ni la creación de la NBC; el apasionante relato de cómo llego a elaborar eso que llamamos diplomacia, y que es exactamente Greenwich, además de un meridiano… montones de temas bien tratados que ni siquiera descuidan el miedo a las epidemias a lo largo de los siglos. Todo ello arropado en impecables listas de bibliografía, tanto académica como de Internet.

Me comentan que tal revista esta siendo un existo, y no me extraña, dado el que y el como. En este último capitulo hay que destacar las ilustraciones, procedentes de las fuentes más dispares: desde la pintura hasta la mas noble fotografía. Clio, que fue la mayor de las hijas de Zeus y Mnemosina, conocidas como las nueve musas, es quien tiene a su cargo la historia y la poesía épica. Su nombre significa; Doy celebridad. En este caso debería ser, soy difusión. Es bueno que la Historia descienda a la calle.

Tenemos avidez de saber porque somos como somos, y aunque ello no sirva para que podamos impedir la repetición de errores y salvajadas, tal vez nos haga sentirnos menos solos, acompañados por quienes sufrieron el diseño de la vida que trazaban los poderosos, el embate de peligros del azar, el riesgo de pertenecer a un mundo que avanza y se atranca, salta adelante y retrocede.

Cuando uno se mete a la hemeroteca, en busca precisamente de historia, suele encontrarse con hechos cuya interpretación fue apresurada e incluso viciada por intereses del momento. Pero es reconfortante hallar una revista, es decir, un soporte propio de hemeroteca, información sedimentada cuando las pasiones y la confusión dejaron despejado el camino.

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