1 de febrero de 2007

La Giraldilla, Simbolo y Leyenda de La Habana

El castillo de la real Fuerza (1539) es un baluarte de La Habana colonial que queda frente al canal de la bahía y se integra impecablemente al paisaje, con paredes blanqueadas por el sol y su perenne reto al tiempo desde hace casi cinco siglos. Y en su atalaya situada en el extremo noreste, se yergue una estilizada figura que con el decurso de la historia, ha devenido en un símbolo de La Habana. La Giraldilla.

Una Leyenda que Habla de Amor.

Cuenta la tradición que doña Isabel de Bobadilla esperaba a su esposo Hernado de Soto, durante las largas horas y por años enteros, en la torre del vigía, (la atalaya) del castillo dela fuerza cuando en aquel entonces era la gobernadora de Cuba. Aquella larga espera, convirtió a doña Isabel en un personaje legendario que oteaba el horizonte e intentaba descubrir más allá del alcance de su visita las naves que traerían de nuevo a su esposo a su hogar. Dicen que la enamorada murió, finalmente, de amor.

Años mas tarde, un artista habanero de origen canario de nombre jerónimo de Martín Pinzon (1607- 1649) – A quien define el restaurador y Arquitecto, Don Joaquín Weiis, en su obra “ La Arquitectura Colonial de Cuba” como artífice, fundidor y escultor que se inspiro en aquella mujer que se convirtió en un símbolo de la fidelidad conyugal y la esperanza, esculpiendo una Figura en recuerdo de aquella mujer. El Gobernador de la ciudad, Don Joaquín Vitrina Viamonte cuyo mandato abarco 1630- a 1634, mando a fundir la escultura en bronce y colocarla a modo de veleta con el nombre de giraldilla y que con el paso del tiempo se fue convirtiendo en en un símbolo de la fidelidad conyugal y la esperanza, esculpiendo una figura en recuerdo de aquella mujer.

Hernando de Soto, Personaje protagónico de la historia de la Giraldilla, en 1538, el Rey Carlos I de España, lo nombro capitán general de Cuba y adelantado de la Florida, A Hernando de Soto. A quien puso en conocimiento que había mandado a hacer una fortaleza en la habana -. “...que es en la dicha isla de cuba, así para guardar de ella como para reparo y defensa de los navíos que van y vienen de las Indias...”. El Soberano le encomendó la misión, porque de soto se había ganado la confianza por el coraje y audacia desplegados en las expediciones de castilla del –Oro- (Panamá) y en la conquista de Nicaragua y Perú. Inmediatamente de Soto salido del puerto español de San Lucar con 10 naves y cerca de 1000 hombres. Luego de tomar posesión de su cargo en la isla de cuba, sin perder tiempo dejo de gobernadora a su joven esposa, Doña Isabel de Bobadilla.

Disponiéndose a afianzar el poder de España en la península de la florida. En 1539, enfila proas hacia la florida con 9 naves 900 hombres y 300 caballos Desembarco en la bahía de Tampa y penetro tierra adentro, por su carácter extrovertido trabo amistada con unos caciques y aquellos que no se plegaron la poderío español, conociendo la muerte en manos del adelantado y sus tropas en el fuerte Alibamo. A partir de documentos de la época se ha podido reconstruir el itinerario de Hernando de Soto. Quien Atravesó de sur a norte el territorio que hoy ocupa el estado de Georgia USA. bajo luego des estar cerca de Mobila en la actual Alabama y se dirigió hacia el noreste.

El 18 de mayo de 1541 descubrió el missisipi y atravesó el río en 1542 por el sitio que actualmente ocupa Menphis y se interno en las llanuras de Arkansas. Existía la leyenda india, contada desde tiempos remotos de unos indios a otros , que se refería a la existencia de la fuente de la juventud. Cercana a las márgenes del río missisipi. De soto con 43 años soñaba con volver a los primeros años de su vida, decidió regresar al río en busca de tan preciado tesoro, que le colmaría de riquezas y renovaría sus ímpetus, como enloquecido, rehizo el camino, pero su ambición le costo la vida. Allí, cerca del rió, le ataco una fiebre mortal y antes de expirar confió el mando de su ejercito a Luís Moreno de Alvarado.

La figura que se yergue en lo alto del Castillo de La Real Fuerza de la Habana...
En la torrecilla cilíndrica que sirve de vigía y se construyo en el extremo del baluarte noreste, se alza contra el viento, lluvia y sol, una estilizada figura que actualmente no es la original, sino una copia realizada con gran rigor estético, encontrándose la verdadera en el museo del a ciudad de La Habana para preservarla de los rigores de agentes externos que pudiesen llegar a deteriorarla. En la escultura aparece el nombre del gobernador que ordeno que se fundiera en bronce. La figura es de una bella muchacha vestida a la usanza del renacimiento español y con una cruz de calavatra en una de sus manos, según palabras del doctor Manuel Pérez beato en su obra “rectificaciones Históricas” editada en la habana en 1943.

Dice: “...Representa la Victoria, portando en su brazo derecho una palma, de la que solo conserva el tronco y en la izquierda en un asta, la cruz real de calavatra de cuya orden era caballero vitrina de viamonte; en una parte inferior del asta se ven las grapas que sujetaban la banderola que servia para dar dirección al conjunto por la acción del viento y que se perdió en un huracán de los muchos que debe haber visto...”

podría añadirse que la escultura representa a una mujer de pie, con ciento diez centímetros de altura, que representa la falda recogida sobre una de sus rodillas, lo cual se aprecia admirablemente hasta en los dobleces de la tela, y sobre el pecho ostenta un medallón con el nombre del escultor y una corona en la cabeza. En la giraldilla se observan rasgos que evocan las facciones de la mujer española, por lo cual se considera una representación genuina de una ciudad espiritualmente española como lo es La Habana. La silueta se recorta en lo alto de la fortaleza de la fuerza contra el azul del cielo y resplandeciendo con destellos dorados, casi áureos bajo el sol. Y tal parece que mira el horizonte sin fatigarse por el paso de 4 siglos, en espera de aquel que vendría cargado con el fluido mágico de una fuente fantástica, mientras ella continua marcando la dirección de los vientos.

La Gobernadora y su Leyenda
Tal vez una mañana de 1539, las campanas de la catedral tocaron arrebato y la bahía de la habana se erizo de azul, con destellos dorados lo cierto es que doña Inés de bobadilla permaneció muchas horas oteando el horizonte marino que se había tragado la expedición rumbo a la conquista de la florida, comandada por su esposo Hernando de Soto, ajena a la leyenda de la giraldilla, la cual la eternizaría en la capital cubana. Bella joven de origen noble, hija del conde de la gomera, llego a la isla de cuba en 1538 acompañando a su esposo, el ambicioso y narcisista ( el adelantado) Hernando de Soto Nombrado por la reina de España, Gobernador de Cuba con la misión de Fortificar La Habana, tras lo cual el podría el podría cumplir sus 2 mas caros sueños:
· Conquistar la Florida.
· Encontrar la Fuente de la Eterna Juventud.
En san Cristóbal de La Habana, De Soto permaneció solamente once meses, entregado al juego, sarao y las corridas de toros, mientras en los astilleros habaneros se fabricaban los barcos de su expedición y se iniciaba la construcción del primer fortín, que tuvo cuando en esos tiempos apenas era una villa, después recibió el de la fuerza vieja que destruiría Jackers de Sores en 1555.
Sin conquistar la florida, ni encontrar la fuente de la eterna juventud, De soto murió en el Missipi a los 42 años de edad, de fiebre amarilla y picado por los mosquitos. Gracias a la frustrada aventura, al ego del marido y al azar. Doña Isabel de Bobadilla fue nombrada gobernadora de Cuba, aunque de manera nominal. No obstante el hecho la inscribe en las paginas de la Historia como la primer mujer que gobernó en América y la única en cuba que ha ostentado ten importante cargo de gobierno.

Después de la partida de Soto. Durante años acudió todos los días a mismo sitio frente a la bahía habanera con la esperanza de ver retornar a su amado, cansada de tanto esperar inútilmente debió recoger los bártulos y embarcarse nuevamente al viejo mundo. Transcurrió el tiempo. Pero en La Habana, la tradición oral creo un hermoso mito con la figura de Isabel de bobadilla. Algunas Personas juraban haberla visto vagar por el litoral, en ciertas tardes reverberantes del trópico. Por eso cuando hacia 1630 en la torre del campanario y vigía del castillo de la fuerza, fue colocada la graciosa giraldilla, muchos habaneros aseguraron que la misma estaba inspirada en tan legendaria mujer. Sin embargo la historia de la giraldilla se vincula al Gobernador Juan Vitrina Viamonte y Navarra, quien le había pedido al artífice, fundidor y escultor Jerónimo Pinzon, la creación de una pequeña estatua de bronce que de alguna manera le recordaba a la moruna giralda, de la catedral de su natal Sevilla. Desde entonces, doña Isabel de bobadilla y la giraldilla andan envueltas en leyenda y realidad son evocadas escudriñando el paisaje marino a ala espera y aviso de barcos aunque la segunda, como veleta en la definitiva fue concebida para indicar el mejor viento de navegación. Hay quienes afirman que la giraldilla en el siglo XVII le sugería a las flotas cargadas con los tesoros de América rumbo o destino a Sevilla.
En la actualidad la giraldilla, devenida del símbolo emblemático de La Habana. Viaja por el mundo en las botellas del Ron Habana club. Mientras muestra en el pecho un medallón con el nombre de su autor y sostiene en la mano izquierda, la cruz de la orden militar de calavatra. Presuntamente ella representa la Victoria.

El fiero huracán de 1926, derribo su original del castillo de la real fuerza, donde hoy se puede observar una reproducción: Otra copia fue enviada a la municipalidad de Sevilla y la pieza autentica con el rostro de India. Aguarda al curioso visitante en el museo de la ciudad de La Habana, el antiguo palacio de los Capitanes Generales.
Enrique Perez H.

La Habana, Cuba 2003

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