10 de abril de 2005

Las Vacaciones de la Memoria

Durante mi juventud, entrar al verano es siempre volver a la infancia, me recuerdo a mi mismo hace 20 años, recordando con una precisión asombrosa- ahora mas bien incierta, mitológica, casi-
Detalles y sensaciones, olores, colores, letras de canciones y señales de humo que ya no eran dirigidas a mi sino al niño que acababa de dejar de ser.

Creía haberlas olvidado, sin embargo el primer día de vacaciones me las devolvía intactas, como un código en clave para recuperar el equipaje infantil que yo pretendía haber abandonado en una consigna remota y que me estaba esperando allí mismo. A la vuelta de la esquina del mes de Enero, tan satisfecho de haberme tomado el pelo.

Mi memoria sigue siendo buena, pero debe estar estresada, sobrecargada de datos, imágenes, personajes, palabras vanas y de las otras. Porque este año al igual que el pasado y el anterior la entrada del invierno me ha traído el recuerdo asombrado de los días que viví apenas hace 11 o 12 meses atrás.

Si mi desmemoria me sorprende aun mas que la memoria de antaño a partir de cierta edad, el invierno se convierte en un pasadizo donde el tiempo pierde su propio rastro, persiguiendo el camino recto que no llega a encontrar jamás.

No hay comentarios.: